sábado, 17 de enero de 2009

Para alimentar el Orgullo



Lo espere toda la vida, ver al Pincha en una final internacional. Gracias a D11os se cumplió ese sueño, y aunque no haya sido con vuelta incluida, puedo decir que nunca antes me sentí tan orgulloso de ser hincha de Estudiantes de La Plata.

El partido de ida fue muy malo, no jugamos a nada, casi ningún tiro al arco en 90 minutos, encima era de local, sin el chapu, y nos vacunan con un penal que el arbitro compro en una muy buena oferta. Nada para decir de ese partido, salvo la nota de color, que todo el periodismo se encargo de comunicarle a todo el mundo durante toda la previa, el Pincha termino allí con un invicto de 45 partidos sin perder de local. Increíble.

El partido revancha, en Brasil, lo jugaron con todos los huevos y garra que caracteriza al Pincharrata, pero agregándole de a ratos muy buen fútbol. Los primeros 15´ fue todo del Inter, en donde manejó muy bien la pelota y creó muchas situaciones de peligro. Pero cuando el León se acomodó, fue un monólogo. Con Su Majestad manejando los hilos con un pie y medio, con un Andujar extraordinario, el Chavo sacando todo lo que se cruzaba, y un formidable Marcos Angeleri, Estudiantes dominó al local durante los 75´ que restaban. El gol Pincha llegó a los 19´ del segundo tiempo, cuando el Chino acaricia la pelota en un tiro libre y le queda al Flaco Alayes para meterla de volea en el fondo del arco. La esperanza iba en aumento, éramos más, y estábamos a un gol de traernos la copa. Terminó el partido y llegó el suplementario. Sin la Bruja que ya no podía ni caminar, el Inter, que en ninguno de los dos partidos finales mostró nada, llegó a la igualdad por intermedio de un rebote de m... que nadie pudo despejar. Fin del partido, y fin de la esperanza. Pero comenzó a encenderse un enorme orgullo, honor, o como quieran llamarlo, que sólo se siente adentro de nosotros, los que sentimos esto por Estudiantes, sólo nosotros lo podemos entender, por eso hay tanta envidia.