jueves, 21 de febrero de 2008

Coronados de Gloria en Old Trafford



Qué más se puede agregar a lo que está escrito en cientos de libros, diarios, revistas. Fue la hazaña más grande que un equipo de fútbol puede realizar. No solo por haber llegado a ser los mejores del mundo, sino por la manera en la que se gestó, y la forma en la que se ganó.
Estudiantes había comenzado en 1965, un trabajo que a largo plazo nos daría la máxima medalla. Fue cuando el zorro Zubeldia se hizo cargo del plantel superior de fútbol. De allí en adelante empezaría la revolución futbolística mundial, en donde el fútbol le dejaría lugar para siempre al “antifútbol”.
Luego de ganar el campeonato del ´67, y la copa Libertadores del año ´68, Estudiantes tuvo que medirse mano a mano con el equipo más poderoso del mundo por entonces, el Manchester United. En donde jugaban muchos de los campeones mundiales con la selección inglesa en 1966, entre ellos el mejor jugador ingles de todos los tiempos, Bobby Charlton.
El primer partido se jugó en la vieja y podrida bombonera, el 25 de septiembre. Allí se llenó de almas albirrojas que en el minuto 28 del primer tiempo se dieron el lujo de gritarles un gol en la jeta a los piratas. Fue de Marcos Conigliaro, de cabeza al fondo de las piolas.
Y pensar que los piratas se fueron festejando esa derrota, se pensaban que podían ganarle al humilde equipo de La Plata. Durante las próximas 3 semanas antes del partido revancha, la prensa inglesa se vistió de boquita, y con mucha soberbia nos tiraban abajo a más no poder. Y bueno, hay que reconocerlo, éramos los malos de la película en donde el bueno del Manchester tenía que salir campeón y así tener un final feliz. Pero no, porque esto es fútbol, y para el pincha el fútbol no es un negocio, el fútbol es pasión, amor por la camiseta, sentimiento, orgullo. Además un año antes Racing se había coronado, ¿¿ustedes se dan cuenta?? Racing!!! Así que no había porque desalentarse ante la rivalidad, y había que ir por todo.
El 16 de Octubre del año 1968 fue el día más feliz de esta ciudad. Ese partido se jugó con dos estrategias totalmente diferentes entre los equipos. Pero que se asemejaban entre sí. La semejanza está en que los dos la utilizaron antes del partido, y la diferencia fue la astucia, fue la inteligencia. Ellos nos trataban como animales, nos basureaban, nos menospreciaban. Y ante eso, el maestro Zubeldia decidió salir al campo de juego 20 minutos antes del inicio, para que los piratas se descargaran de lo lindo contra los argentinos, y estos al comenzar el partido ya hayan entrado en clima y no se inmutaran por lo que decían desde las tribunas. Picardía argentina que le dicen, (como la que tuvo Maradona en el mundial ´86 o Lehman en el mundial ´06)
Y no los dejamos reaccionar a los ingleses, porque a los 7 minutos de haber comenzado el partido la bruja Verón le cruza la pelota de cabeza, después de un centro de Madero, y se la clava bien lejos al arquero del United. Y se enmudeció el teatro de los sueños. Los sueños eran de nosotros, los argentinos. Y el partido se jugó fuerte, ellos no nos podían entrar por ningún lado, y el tiempo pasaba, y se ponían nerviosos. Recién a los 44 minutos del segundo tiempo nos hacen el gol que tanto anhelaban. Pero ya era tarde, unos minutos después el arbitro yugoslavo pita el final del partido, y comienza la más fantástica de las fiestas platenses. El mundo entero se rindió a los pies del nuevo campeón mundial, del nuevo rey del fútbol.

lunes, 4 de febrero de 2008

Impossible is nothing





Incomparable, irrepetible, inigualable, heroico, único, asombroso...nuestro. Se me ocurrió poner solo 7 palabras para describir lo que fue el titulo que ganamos en el 2006. “En un campeonato en el que muchas cosas se dijeron, allá esta Estudiantes” decía Dalto en el relato final. El Pincha venía embalado, con toda la furia por saber que ellos ya se creían campeones antes de tiempo. Nos subestimaron, se creyeron que eran imbatibles, pero la soberbia que solo ellos tienen se les volvió en contra, y se hizo justicia, como pocas veces en nuestro país.

La espera fue larguísima. Desde ese maravilloso domingo 10 de diciembre en donde se nos salió el corazón al gritar el gol del flaco Alayes, hasta el pitazo inicial de Pezzota, 3 días después en la cancha de Vélez, las horas no pasaban más. Primero fue la cola para las entradas, un desastre que nadie puede explicar, después de pasar toda la noche en esa fila que doblaba toda la cancha auxiliar y se metía en el bosque, al otro día estuvimos cerca de 4 ó 5 horas apretados como ganado, va peor que un ganado. No había aire, no nos podíamos mover y sin embargo estábamos ahí, firmes para entrar en la historia. Al otro día, el día soñado, empezó la caravana interminable a Liniers. Y por fin el equipo que sale de la manga y los nervios que ya estaban incontrolables. Empieza el partido y tenemos la puta mala suerte de que el equipo S.A. (Soberbia Argentina) se pone en ventaja con un gol del loco Palermo que siempre tiene la mala leche de hacernos goles a nosotros.
El Pincha jugó nervioso ese primer tiempo, creamos pocas situaciones aunque casi empatamos con un tiro del Tanque que pegó en el palo. Pero en el segundo tiempo vendría lo mejor, el Grande Platense recuperó la memoria individual y colectiva, y se comió a S.A. se despertaron todos, la Brujita con su voz de mando, el Chapu recuperando y entregando a los pies, el Cacique se empezaba a convertir en ídolo, el Tano y el Flaco rechazaban lo que se cruzaba, Andujar empezó a demostrar que estaba para la selección, Sosita dejó de ser Sosita y se convirtió en el Rey Sosa y jugó bárbaro buscando por todos lados. Galván le dejó el lugar a Benítez que jugó un gran partido, Lugüercio peleaba en todos lados, y el Tanque que fue un arsenal completo para destruir lo que quedaba de S.A.
A los ´19 hubo una falta contra Pavone en la puerta del área y el Rey Sosa acarició la pelota y la puso en un lugar inatajable para el arquero. Y el Pincha seguía acorralando a su rival, buscábamos por todos lados, por arriba, por abajo, no había forma. Hasta que en el minuto 35, después de un saque de arco de Andujar, el Tanque anticipa al arquero y en una jugada única e inolvidable convierte el gol mas esperado de la vida.
De ahí en adelante no me acuerdo de nada, ni siquiera esperaba el final del partido, porque estaba viviendo un sueño, un sueño maravilloso en el cual el club de mis amores se estaba consagrando campeón por primera vez desde que voy a la cancha. Y llegó ese pitazo final, después de 5 minutos de adicional, y me sentí en el cielo. Locura, descontrol, abrazate con cualquiera, “SOMOS CAMPEONES CARAJO” decía el Tanque por los altoparlantes. Y yo lo vi, si tristero, yo lo vi levantar la copa, lo vi dar la vuelta, vi cuando la Brujita nos la mostraba y nos decía “es de ustedes”, yo lo vi.
Y después vino la caravana interminable hacia La Plata. La autopista estaba como nunca, toda rojiblanca, con los colores del Campeón más grande de los últimos tiempos. Llegamos al peaje de Hudson y empezó la locura, cientos de autos, camionetas, micros, todos esperando la llegada del plantel. Una locura hermosa que nos tocó vivir. Después fuimos a la esquina donde festeja el Grande y de 7 y 50 fuimos todos los pinchas a reventar el estadio único. Llenamos las tribunas y el campo de juego para ver la vuelta olímpica de los jugadores en casa.
Yo le puedo contar a mis hijos y a mis nietos de historias de proezas, de hombrías, de guapeza, de juego limpio, de buen juego. Historias de humillaciones y soberbias, de mafias y envidia ajena. Porque todo lo que yo viví, hay muchos que ni siquiera lo saben soñar.