miércoles, 30 de septiembre de 2009

Gol Monumental




Esta historia es anónima, pero emociona el relato de un partido vibrante jugado en el día del cumpleaños del Ruso Prátola.
"Detrás de toda historia oficial, esta es la otra historia... esa que nosotros no percibimos y que no es manejada por lo humano... y que ayuda a que la historia oficial ocurra.
La historia oficial dice que el domingo 20/5/07 Estudiantes ganó después de 10 años en el Monumental....también dirá que ese partido no se jugó del todo bien y que tranquilamente se podría haber perdido y de esa forma quedar fuera de la lucha por un nuevo campeonato... se dirá también que hubo un técnico que dejó todo por ganar y pasó a defender con tres y jugar con cuatro delanteros ....y esta histoia oficial no se olvidará de nombrar al heroe de la jornada: Ezequiel Maggiolo, delantero de Estudiantes relegado al banco de suplentes, quien hacía cerca de 770 dias que no convertia un gol y a quien, ese domingo 20/5 le tocó convertir el gol del triunfo...
pero la historia oculta, la que esta detras de la historia oficial es otra:
ese día hubiera cumplido 38 años el Ruso Prátola. Y dicen los que saben que lo quiso festejar de la mejor manera: yendo a ver a la cancha a su querido Estudiantes. Se sentó en el banco de suplentes y desde allí siguió las alternativas del partido... dicen los que saben también, que en el segundo tiempo no pudo aguantar más, se calzó los cortos y la casaca y se metió a jugar...se dice que Simeone, al sentir su presencia se quedó tranquilo en defensa, y mandó el equipo adelante, poniendo cuatro delanteros y dos enganches... las crónicas ocultas cuentan que el tiempo que jugó, el Ruso despejó cada pelota que llegó a nuestra área... y cuentan también que cuando el partido se moría se fue al área de River a cabecear... aunque no salió en ninguna foto, se dice que Maggiolo y el Ruso saltaron y cabecearon juntos la pelota dandole el triunfo a Estudiantes.
Todas las fotos fueron para Maggiolo... pero se dice que ese gol, el Ruso lo gritó con alma y vida... y también se cuenta que terminó el partido, saludó a la gente con los demás y se fue, volvió al lugar desde donde hoy hace fuerza por un nuevo campeonato, al lugar desde donde nos cuida."
Gracias a Fernanda Oviedo por acercarme la historia.

martes, 29 de septiembre de 2009

El sueño de todos








Es a lo máximo que puede aspirar un hincha del fútbol. Jugar una final de Copa Libertadores. Y ganarla.
Estudiantes fue un equipo fantástico por donde se lo mire. Línea por línea, con solides, siendo compacto y eficaz. Conducido por un técnico que resultó ser maravilloso.
Llegábamos a una final de Libertadores otra vez, después de 38 años, y sería nuestra 5ª final en este torneo que reúne a los mejores equipos de América, y es sólo comparado con la Liga de Campeones de Europa.
El partido en La Plata fue una fiesta apoteótica en las tribunas, en un estadio colmado de Pincharratas que queríamos volver a gritar Campeón. Que lindo es escribir: “volver a gritar Campeón”.
El partido lo dominó Estudiantes, va, toda la final la dominó Estudiantes…seamos sinceros, la Copa la dominó el Pincha. Pero el arquero brazuca estaba inspirado en la fría noche platense, y en el Único sacó todo lo que se le cruzaba. 0 a 0 terminamos luego de que ellos se comieran dos goles abajo del arco y se nos paralizaran los corazones.
La semana previa a la finalísima en Belo Horizonte se hablaba de que ya no podíamos hacer nada, que era muy difícil ganar allí. La verdad es que era difícil. Pero por lo bajo, todos nosotros sonreíamos y decíamos: “jeje, dale, sigan tirándonos abajo”. Es que la adversidad nos retempla.
El 15 de Julio, unos 5 mil Pinchas fueron testigos directos de la llamada “hazaña” del León. Fueron 90 minutos dominados de principio a fin por el team de Sabella, en donde hubo un sólo problemita: esa pelota que se desvía en el Chavo y se convirtió en el gol del Cruzeiro.
Pero este Estudiantes del Siglo XXI si algo tiene, es hambre de Gloria. Porque quiere volver a ser el multicampeón de los ´60. Y no tardó ni cinco minutos en emparejar el marcador, cuando Su Majestad abrió una pelota deliciosa para la subida de Cellay, que emulando a Marquitos Angeleri tiró un centro bárbaro para que la Gata marque el gol de su vida y nos devuelva las esperanzas.
Cuando el reloj marcaba 27´ el Pelado más grande del mundo envía un corner teledirigido a la cabeza de Boselli que marcó el gol más gritado del planeta, y se convierta en el goleador de la Copa.
De ahí en adelante el tiempo se detuvo. El reloj no quería seguir girando. Los minutos no pasaban más. Pero el Pincha aguantó bien, tranquilo, los últimos embates de los “casitricampeones” (¿les recuerda a algo?)
Cuando faltaba poco para el final, Caldera se dio el lujo de jugar el partido más importante de su vida. Merecido regalo para el goleador cerca del final de su carrera.
Y ya está, ya está decía el Narigón desde la cabina. Ya estaba, si carajo! Ya éramos Campeones de América. Casi sin darnos cuenta, el árbitro pitó el final y se nos vino el mundo abajo, si abajo, porque estábamos en la cima del mundo, en el cielo, junto con Zubeldía, Manera, Mangano, el Ruso Prátola. Las lágrimas llenaron nuestros ojos, y en un grito nos unimos con nuestras familias, amigos, conocidos: Vamos Pincha carajoo!!! Somos Campeones de América. Somos Campeones otra vez!!!

sábado, 19 de septiembre de 2009

Solos contra todos



Había una extraña sensación en el aire de la ciudad de La Plata. Una vibra extraña que nos movía los músculos haciéndonos temblar. El sueño se podía hacer realidad luego de 38 años. Estábamos a un paso de jugar la final de la Libertadores.
Luego de un comienzo irregular en
la Copa del 2009, que derivó en la renuncia del Negro Astrada, Alejandro Sabella tomó el mando del equipo y lo condujo de maneta brillante. A la solidez defensiva se le sumó una dosis goleadora implacable que nos llevó derecho a estar entre los mejores 4 de Copa.
En la semifinal se nos cruzó el Nacional uruguayo, el que nos sacó la última copa. Era un clásico internacional.
Los dos partidos se jugaron sin público visitante. Y en el primer duelo, en el Ciudad de
La Plata lleno de Pinchas, el conjunto de Sabella jugó un gran partido comandado por Su Majestad la Brujita. Un golazo de Galván selló el resultado final, un 1 – 0 que para muchos no nos iba a alcanzar para ir al Centenario de Montevideo. Porque éramos totalmente visitantes, y porque no podía jugar el Capitán América por lesión.
Pero Estudiantes no es sólo un jugador, es un equipo, “una camiseta con 11 números” como dice Pachorra. Y salieron a jugar de manera fantástica. Silenciando a todo el estadio Centenario que estaba repleto de hinchas del Bolso (y algún que otro intrépido Pincha) con un juego tranquilo, que hacia desesperar a todos los jugadores uruguayos. En el segundo tiempo, Nacional se venia con todo en busca del gol que le permita emparejar el partido, pero tenían más nervios que nosotros acá en
La Plata. Una pelota que la Gata roba cerca del área rival se convirtió en el primer gol Pincha, cuando Boselli se la pica ante la salida del arquero. Mudo el Centenario. Estallido en La Plata y Argentina.
Al poco tiempo empatan el partido, lo que significo el fin de la racha sin recibir goles por parte de Mariano Andujar, quien estableció el record en
la Copa de 800 minutos sin recibir goles. ¿Que tal?
Cuando el final se acercaba, y aunque los nervios seguían un poco, Salgueiro mete un centro bárbaro para el Libertador goleador, que se sacó de encima al arquero y definió para hacer explotar nuestros corazones. Estos corazones que desde lejos alentábamos y sufríamos como locos. Pasa que otra vez, si, otra vez, estábamos en una final de Copa Libertadores,
la Copa más hermosa de todas. Esa que todo hincha del fútbol quiere tener. Ahí estábamos, la teníamos a punto caramelo. Otra vez.