domingo, 23 de diciembre de 2007

Bautismo de Mística







¿Como olvidar ese gol? Como no gritarlo con el alma, con el corazón, por todo lo que estaba pasando. Hacia poco más de una semana, los envidiosos barrabravas de gilnasia habían amenazado a sus jugadores en la previa al partido que debieron continuar con Boca, en el que en menos de ´45 hicieron 4 goles jugando a media maquina. La impotencia en la gente del león era grande, Boca se escapaba a 4 puntos cuando faltaban solamente 4 fechas para que termine el campeonato, y todos (los medios de comunicación claro) lo daban como tricampeón. Para colmo, no podíamos estar acompañando al pincha, porque una medida tomada por la AFA prohibía el ingreso del publico visitante, y jugábamos en Rosario. Bien lejos se iban los jugadores, eran ellos contra todos. Y demostraron como nunca como se juega con el corazón, con el orgullo. Porque la verdad es que no jugamos bien. Hasta la brujita estuvo impreciso en jugadas fáciles. Se nos venía la noche, íbamos 1-0 abajo por un penal y el sueño se terminaba. Encima al cholo se le ocurre hacer debutar a un pibe de la cantera. ¿Estas loco Simeone? pensábamos todos. Nos teníamos que jugar el campeonato y ponía un chico que nunca jugo en primera en lugar de poner a alguien con experiencia. Pero fue el mejor acierto del cholo.
Los nervios estaban comiéndonos las uñas, el tiempo pasaba y las jugadas que hacíamos terminaban en cualquier cosa. Baldasi adicionó ´6 y en el primero llegó un centro espectacular de primera de Pablito Álvarez y Caldera que la baja con el pecho, y después de tardar una eternidad le pega con la boba y la mete como pidiendo permiso. Bueno por lo menos salvamos el invicto, pero teníamos mucho hambre, estábamos muy cerca de volver a gritar campeón. Y los jugadores también tenían hambre. Hasta que en los últimos minutos del adicional Ortiz se saca de encima a un hombre, se la deja al tanque que mete el centro para que el pibe que debutaba, y que era el mas petiso de la cancha, saltara más que todos para clavarle la pelota en el ángulo al arquero de Newell`s. No fue un gol, fue un golazo. Y fue uno de los goles más emotivos de ese campeonato, y de la historia de club. Al otro día nos enteramos de que el pibe que había metido tremendo gol se llamaba Pablo Piatti, que tenia 17 años y nos dimos cuenta de que este chico era una buena promesa de las divisiones juveniles. Y vaya que lo es, ¿o quién no se ilusiona cada vez que plumero agarra la pelota y empieza a desparramar rivales por el piso?

1 comentario:

Diem dijo...

http://golespinchas.blogspot.com/