

Había una extraña sensación en el aire de la ciudad de
Luego de un comienzo irregular en
En la semifinal se nos cruzó el Nacional uruguayo, el que nos sacó la última copa. Era un clásico internacional.
Los dos partidos se jugaron sin público visitante. Y en el primer duelo, en el Ciudad de
Pero Estudiantes no es sólo un jugador, es un equipo, “una camiseta con 11 números” como dice Pachorra. Y salieron a jugar de manera fantástica. Silenciando a todo el estadio Centenario que estaba repleto de hinchas del Bolso (y algún que otro intrépido Pincha) con un juego tranquilo, que hacia desesperar a todos los jugadores uruguayos. En el segundo tiempo, Nacional se venia con todo en busca del gol que le permita emparejar el partido, pero tenían más nervios que nosotros acá en
Al poco tiempo empatan el partido, lo que significo el fin de la racha sin recibir goles por parte de Mariano Andujar, quien estableció el record en
Cuando el final se acercaba, y aunque los nervios seguían un poco, Salgueiro mete un centro bárbaro para el Libertador goleador, que se sacó de encima al arquero y definió para hacer explotar nuestros corazones. Estos corazones que desde lejos alentábamos y sufríamos como locos. Pasa que otra vez, si, otra vez, estábamos en una final de Copa Libertadores,
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